MARIO S. PORTUGAL RAMÍREZ
El Quijote ha dado mucho por escribir a los críticos literarios, en especial por su ambigüedad en ciertos temas. Sancho gobernador es precisamente uno de ellos. Chul dice que con esto Cervantes propuso un gobierno democrático frente a la monarquía. Osterc ve en esto un éxito moral, intelectual y político de las clases bajas. En este texto hablaré sobre este episodio, como metáfora de la imposibilidad de un gobierno popular.
Don Quijote promete nombrar a Sancho gobernador de una ínsula, lo cual le anima a seguir al caballero. La gubernatura se hará realidad pero no por su amo, sino por dos duques bromistas. Para sorpresa de todos, la gestión de Sancho es ejemplar. Sin embargo, renuncia por las obligaciones del cargo.
Veamos el contexto económico y político de España de fines del siglo XVI. El feudalismo se desintegraba y se iniciaba una acumulación primitiva del capital con una desigual distribución de la riqueza que favorecía a nobles y eclesiásticos. Además, hizo surgir entre los plebeyos diferencias entre ricos y pobres, estos últimos campesinos. En lo político el sistema se conformaba por tres poderes: rey, aristocracia y representantes del pueblo (miembros de cortes y cabildos) y se consideraba que esto evitaba la tiranía. Sin embargo, el sistema estaba en crisis; rey y aristocracia, influenciados por Maquiavelo, consideraban que el problema era la representación del pueblo. Los últimos, inspirados por el humanismo y Tomás Moro, creían que el rey y la aristocracia eran el verdadero problema.
Cervantes y otros humanistas eran hostiles a la nobleza e iglesia. Sin embargo, como señala Osterc, a la vez temían a las masas en la vida política. La preocupación del autor es evidente pues caracteriza a Sancho – el pueblo – como vocinglero, ignorante, glotón, supersticioso y taimado. Además, su gobierno está dentro de la categoría bajtiniana de “lo carnavalesco”, donde el carnaval es tiempo de locura, fiesta y se trastoca el orden social y político, eligiendo un rey. Pero su tiempo es limitado y deberá enterrárselo hasta el siguiente año.
Sancho tiene estas características, primero, su barriga abultada recuerda a reyes carnavalescos de la época: San Tragantón, Saint Pansart, Entroido. Segundo, su gobierno es tiempo de carnaval: una broma, de duración limitada y la representación de su muerte y entierro: su renuncia y la caída accidental a un hueco.
Sancho gobernador experimenta cambios transcendentales. No es más parte del pueblo, porque asume la ideología de la clase dominante. Por ejemplo, se le prohíbe usar refranes: la cultura oral, con la que el pueblo transmite sabiduría a otras generaciones, es asediada por la cultura escrita. Además, pierde su característica panza, convirtiéndose de un Sancho carnavalesco a uno cuaresmal.
Consciente del cambio, busca recuperar su identidad para lo cual asume su supuesta ineptitud para gobernar. Interrogado sobre su gobierno responde: “He ganado el haber conocido que no soy bueno para gobernar, si no es un hato de ganado(…)”.
El episodio tiene así cuatro funciones pedagógicas para las clases dominantes. Primero, aboga por un gobierno ético y una reforma dentro los límites de la monarquía. Se crítica a la nobleza y su rol en el Estado, indicando que deben ser designados por virtudes y no por linaje. La segunda intención es mostrar la naturaleza del poder como opuesta a la esencia del pueblo y esquivo por sus responsabilidades: el pueblo es representado como pasivo e incapaz de construir poder. La tercera intención fue advertir que si el pueblo obtiene poder, debe vigilárselo y establecerse límites axiológicos y temporales. Así, el pueblo debe asumir como “genuinos” los valores de la clase dominante y reconocer que el poder es racional, ajeno al saber popular. La cuarta intención fue mostrar que el poder aliena al pueblo, por lo cual terminará abandonándolo para retomar su identidad y su posición en el orden social. Poder y pueblo en Cervantes son entonces, dos esencias que no pueden combinarse.
*Texto publicado originalmente en Suplemento Brújula de períodico el Deber (2015)
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